DES- CONTEXTUALIZACIONES, representacion y ficcion del espacio local
Al presentar este texto lo primero que puedo citar es la relación entre arte y política como eje de desplazamiento de las artes visuales contemporáneas a partir de la mirada pos golpe, la relación que genera esta con el cuerpo como matriz, en donde las ficciones que en torno al cuerpo como obra, relatan la violencia como dispositivo de control y encubrimiento de los discursos sociales de la transición. Así la relación entre utopía y crítica aparece en ciertos discursos artísticos torciendo las miradas de la representación en la academia. Es esta una de las constantes de las miradas del arte de los 90 en nuestro país o más bien de los discursos de la metrópolis con el C.A.D.A. la escena de avanzada, la exposición Cambio de Aceite y la bienal de pequeñas utopías. Sin embargo en regiones como Chillan esta (re) presentación discursiva recién aparece desde el año 2000 con nuevos grupos de creadores emergentes o de emergencia. Al ficciónalizar el arte local como una forma de ingresar a una modernidad que no solo es económica y aparenta como necesita de una nueva alfabetización cultural en relación de la tradición agraria de la ilustración en la pintura. Al ver el arte contemporáneo y las nuevas formas de representación que se inscriben en el espacio local, con sus soportes en donde los discursos forman una trama que se deshilvana en el hacer pos-moderno con ello los discursos del arte y la función que estos articulan al interior de la comunidad implican un alfabetizar de las artes para ingresar y calificar en un espacio de desarrollo, dando cuenta de las fragilidades de la propia acción discursiva.La (re)presentación del arte contemporáneo en el espacio local tuerce la filiación de sus padres, esto por ser hijos ilegítimos de la tradición, nacido de los suburbios de la ciudad y que corren en estado semisalvaje por potreros discursivos, estos los inquilinos culturales habitan el lugar de las industrias y los héroes del arte. Pareciera hoy que los discursos de de-construcción tan críticos como utópicos se inscriben en las nuevas retóricas visuales, con ello la representación y el quiebre de los espacios expositivos formulan nuevas formas de interactuar con las comunidades en torno al sentido y sin sentido del arte y como este nos ingresa a un bicentenario lleno de modernidad.En este proceso critico se inscribe esta acción visual denominada des-contextualizaciones en donde la obra de Marco Fernández produce una mirada refractaria en torno al cuerpo y sus límites, diseminando el discurso publicitario y torciéndolo hacia un espacio mas intimo, producir el efecto de replica con el quiebre de la arquitectura, como también la puesta en abismo del cuerpo como sujeto.La obra Playboy de Luis Arias plantea sin embargo la violencia hacia el cuerpo del arte por el poder político desde la institucionalidad que industrializa su forma de producción y accionar. Es en este caso el cuerpo como sujeto libre y lúdico del hacer que es situado en una de las salas como un panóptico para vigilarle. Los niños pierden la inocencia por el control que se les ejerce y sus juegos ya no representan procesos emancipa torios sino de jugar y trabajar con el horror. El juego del huache forma de cacería rural es el eje de trabajo de la obra, presenta la violencia en el limite del territorio agrario como una forma de habitar un territorio en forma de inquilino. También resignifica la cacería con la perversión que ejerce la violencia sobre el cuerpo como una forma de domesticación del discurso critico del arte.
(Ejercicio de texto Luis Arias, colectivo de artes visuales casa taller azul de chillan, marzo -abril 2006)
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